¿Cómo viajar sin dejar de lado la sostenibilidad?
Los viajeros responsables no nacen, se hacen. En la era de la sobrecarga de información, es fácil medir el alcance y las consecuencias de nuestras elecciones y mejorar nuestros hábitos de viaje, alineándolos con nuestra responsabilidad con el medio ambiente.
Arantravel, agencia de viajes, explica que con sólo sumar diversos esfuerzos como proteger el mar y la vida marina.
Hacer pequeños cambios en nuestro comportamiento cuando viajamos puede provocar un efecto mariposa ecológico en los lugares que visitamos.
Apuesta por la movilidad sostenible
Reducirás tu huella de carbono si viajas en transporte público. Organiza tus viajes con antelación y verás que hoy en día es fácil coordinar horarios y comprar billetes por Internet.
Recorre las ciudades a pie o en bicicleta y, cuando sea inevitable alquilar un vehículo, opta por un coche eléctrico (en un futuro muy próximo veremos más iniciativas como la del gobierno balear, que planea que todos los coches de alquiler de las islas sean totalmente eléctricos en 2030).
Elige un hotel comprometido con la sostenibilidad
Los hoteles ecológicos contribuyen a preservar la biodiversidad de su entorno y ayudan a conservar, proteger y cuidar el medio ambiente.
Estos hoteles se esfuerzan por minimizar su impacto ambiental y promover prácticas responsables en la industria turística. Desde la conservación de energía y agua hasta la gestión adecuada de residuos y la promoción de la cultura local, estos establecimientos están dedicados a ofrecerte una experiencia de viaje que respeta y preserva el entorno natural y cultural.
Al optar por un hotel sostenible, estarás contribuyendo a la protección del medio ambiente y apoyando a las comunidades locales.
Compra productos y regalos de iniciativas de comercio justo
Compra cosas que reflejen las características únicas del lugar que visitas; fomentarás el contacto directo con los productores locales. El dinero que gastes también ayudará a proporcionar herramientas a poblaciones vulnerables, permitiéndoles trabajar en un oficio o profesión que les proporcionará los ingresos necesarios para salir adelante durante todo el año.
Haz la maleta con inteligencia
Este es un punto básico que requiere que uses la cabeza, y quizá también una lista. Evalúa el destino y, si se trata de un parque natural o una zona protegida, lleva productos de belleza que sean respetuosos con el medio ambiente. Es decir, aquellos que sean 100% naturales y biodegradables. Así te aseguras de que los productos que van a parar al desagüe o al mar (como los protectores solares) se diluyen y descomponen de forma segura para el medio ambiente.
Come productos locales
Comer productos locales no solo te permitirá disfrutar de la auténtica cocina y cultura de la región que visitas, sino que también contribuirá a la sostenibilidad ambiental y económica de la comunidad.
Al elegir alimentos y productos locales, reduces la huella de carbono asociada al transporte de alimentos a larga distancia. Además, al apoyar a los agricultores y productores locales, estás fortaleciendo la economía local y promoviendo la preservación de prácticas tradicionales y sostenibles de cultivo y producción.
Compra sólo productos artesanos
Elige productos fabricados de forma responsable, con materias primas que cumplan la legislación local. Muchos productos artesanos utilizan árboles autóctonos que no deben talarse o materiales procedentes de especies protegidas, como huesos o caparazones de tortuga. Antes de comprar un producto, es fundamental informarse sobre su origen.
Consigue un impacto positivo
Es fundamental que el dinero que gastes durante tu viaje suponga una contribución social o medioambiental positiva. Algunas cadenas hoteleras gestionan fundaciones sin ánimo de lucro que invierten grandes sumas de dinero en iniciativas educativas o sociales.
Optimizar los recursos y evitar generar residuos
La Organización Mundial de la Salud (OMS) insiste en que, para lograr un uso sostenible del agua, la duración ideal de una ducha es de 5 minutos. Esto equivale a utilizar algo menos de 100 litros de agua (la cantidad que suele beber una persona en 50 días).
Utiliza la misma toalla durante varios días, y cuando abras una pastilla de jabón o un bote de gel de ducha o champú, úsalo hasta que se acabe. Si el agua del grifo es potable, bébela en un vaso (no en un vaso de plástico) para evitar derroches innecesarios.
Establece un vínculo de conciencia con tu destino
Hay ciertas zonas amenazadas y territorios frágiles que requieren un viaje responsable. Proteger las costumbres de estas zonas y contribuir a la preservación de las tradiciones de sus gentes debe ser una prioridad, junto con evitar interferencias drásticas en sus ecosistemas. Cuando visites un parque natural o una zona repleta de especies y vegetación autóctonas, sé respetuoso a la vez que consciente del impacto que puede tener tu presencia.